CUERNO Y COLA DEL MACHO
CABRIO
La naturaleza está inmersa
en lo que desde fuera se nos manifiesta como un largo sueño: la semilla
definitivamente acogida en el seno de la tierra tiene que contar con todas las
defensas para poder sobrevivir a los peligros del hielo, que amenazan su vida.
Simboliza en la
Naturaleza la desnudez, el encogimiento, el silencio, la concentración del
invierno en su severa grandeza. Signo de Tierra-Cardinal, marca la fase de la
semilla enterrada en la tierra, principio de una lenta maduración sin
espectacularidad en vistas a una última conquista a largo plazo.
Es, a la vez, símbolo de
una medianoche celeste, presentándose el solsticio de invierno como una fase de
concepción, de raíz, de surco (de ahí la relación con la estructura interna de
las cosas), y de un mediodía terrestre, que tiene su réplica en la Casa X,
en el ciclo del día y, en tanto que tal, de una cumbre, lugar de predilección
de la cabra. Opuesto a Cáncer que es el signo de la madre, de la cuna, de la
encarnación y, asimismo, tanto de lo íntimo como de lo suprasensíble,
Capricornio tiende a lo impersonal, a la desmaterialización, a la liberación de
lo terrestre.
Por ello, es el signo
de Saturno al que se añade (exaltación) Marte.
En la mitología
Capricornio (Pez-Cabra) es el símbolo de Ea, al que los babilónicos veneraban
como dios del agua y de la sabiduría.
Regidos por Saturno, los
nativos de este signo se caracterizan por un frío desapego, que les
confiere una gran capacidad para evaluar racionalmente la realidad. Poco
emotivos en general, parapetados y siempre a la defensiva, están animados por una
profunda ambición, que los capacita para realizar sus objetivos incluso a largo
plazo.
Dotados de gran capacidad
de concentración, indiferentes a los éxitos de brillo fugaz, tienden a
controlar con fría racionalidad cualquier situación y a dominar sus emociones
con tal de alcanzar las metas que se fijaron.
Si alcanzan el éxito, se
tratará seguramente de un éxito estable y duradero, ya que ha sido logrado poco
a poco, con lucidez y mucho esfuerzo.
Los obstáculos no los
asustan, incluso los estimulan a continuar, aunque sea lentamente y, a veces,
renqueando -como la cabra que tiene que alcanzar la cima de la montaña-. Para
estos individuos todo es conquista, incluso a costa de grandes sacrificios y
renuncias.
Este tipo es un ser frío,
edificándose su personalidad en un movimiento de retraimiento sobre sí mismo y
de concentración que excluye toda exteriorización.
Este ser "frío"
es, a la vez, introversión e in emotividad, real o aparente (el
"apasionado frío"), lo que le asegura el dominio sobre sí mismo.
Es, también, un
ser lento: paciencia, perseverancia, estabilidad, ponderación,
meditación, pesimismo, soledad o la melancolía. Si se asocia al frío saturnino,
la sequedad marciana, tenemos al nervioso duro, sólido como
una roca: es un ser rudo que se beneficia de un sólido equilibrio por
el dominio de los sentimientos y la firmeza de carácter: aplomo, sangre fría,
robustez, disciplina, obstinación, densidad, fijeza.
Dos tipos se presentan:
El ambicioso: Naturaleza caracterizada por una áspera afirmación del
Yo al servicio de una voluntad de poder o de un orgullo impregnado de necesidad
del dominio.
Arrivista o ambicioso, su libido
posee una gran sed de elevación.
Existen posibilidades de
que se alce a la cumbre por su silenciosa y paciente obstinación, su previsión,
su larga premeditación, su lucidez, su voluntad bien encauzada; también llega a
ella a través de un frío cálculo y una habilidad diplomática a la manera de una
lama de acero, así como por su indomable carácter o su dureza de granito.
El Desapegado: Su libido
se desapega del mundo terrestre, de los deseos y posesiones materiales; toma el
camino del desprendimiento. Se trata, a veces, de una ambición inhibida,
revelada por una humildad exagerada, un desinterés excesivo, tormentos morales
y escrúpulos dolorosos. Se trata, también, en este caso, de una ambición, pero
es moral, tendida hacia una elevación espiritual: ascesis, contemplación,
meditación o consagración total de sí mismo a los demás o a una vida impersonal
entregada a una gran obra, sobre áridas pendientes que conducen a cimas
luminosas.
Corresponde a la décima
casa del Zodiaco, la de la autonomía y del éxito social. El Capricornio puede
llegar a sacrificar mucho de sí mismo -y de los demás- con tal de satisfacer su
propia ambición. Opuesto a Cáncer, cuarto signo del Zodíaco, que representa la
madre y los orígenes, este signo invernal no concede la menor debilidad ni
nostalgia. Para él, en oposición a la ternura de Cáncer, el pasado no puede
estar presente, ya que le obstaculizaría su caminar inexorable, que debe
conducirle a su meta, incluso si ésta fuera una meta llena de soledad. La
escasez de ilusiones produce un carácter oscuro, pesimista, aunque ni mucho
menos pasivo frente a los obstáculos de cualquier tipo.
Su característica
principal es quizá la indiferencia, que le hace posible proseguir su largo
camino hacia la meta trazada sin dejarse influenciar por los demás. La
exaltación de Marte le confiere una agresividad extremadamente controlada, que
siempre da en el blanco.
En el plano de las
relaciones sociales y afectivas la frialdad de Capricornio puede crearle
problemas. El control, la racionalidad y la desconfianza dominan su vida
afectiva. Las grandes pasiones están absolutamente excluidas: por este motivo sólo
después de haber valorado todos los aspectos de una relación sentimental
Capricornio se siente preparado para tomar la gran decisión de unirse a una
persona, a quien proporcionará casi siempre estabilidad y seguridad material,
pero muy poco de si mismo.
Este signo es más capaz
que cualquier otro de sostenerse sobre sus propias piernas sin necesidad de
ayuda. Ama la soledad y es indiferente a las comodidades, ya que se contenta
con poco, siendo a menudo un gran ahorrador, El Capricornio realiza más cosas a
partir de la segunda mitad de su vida -y a menudo en la vejez-, ya que su
ascensión es lenta pero segura.
La mujer del
signo. Al igual que el hombre, está dotada de un gran sentido práctico y
es muy ambiciosa. También ella mira más al porvenir que al pasado y tiende a
organizar su vida afectiva y profesional sobre bases sólidas y seguras.
Tanto el hombre como la
mujer deben tener cuidado para no dominar en exceso a los demás con su egoísmo
o con una dureza exagerada, que los llevaría inevitablemente a la
soledad.
Anatómicamente.
Capricornio está asociado
a la columna vertebral, las rodillas y la parte inferior de la pierna.