Cuando Plutón en Tránsito pasa sobre el Ascendente
y recorre la Casa
1, toda nuestra visión de la vida se altera, y nuestro sentimiento de nosotros
mismos se transforma radicalmente. Este Tránsito se correlaciona a veces con
cambios sorprendentes en la apariencia física, tales como un nuevo
estilo de vestir, en cómo llevamos el pelo o nos presentamos al mundo.
La gente con exceso de peso adelgaza; los que eran
demasiado delgados aumentan de peso. Estas
transformaciones físicas externas son la manifestación interior de un
cambio en la percepción y en la conciencia. Cuando Plutón cruza el Ascendente
(el punto más oriental del mapa y la
Casa del yo), el Ser nuclear nos está pidiendo que exploremos
nuevas maneras de expresarnos y de vivir la vida.
Si no estamos en contacto con nuestra necesidad de
cambiar, el medio nos impondrá el cambio.
Este Tránsito puede invertir nuestra dirección
vital de maneras que no nos parecía posibles: la gente que pensaba
que nunca se casaría cambia de idea; los que creían que siempre
seguirían casados se divorcian; los conservadores se vuelven liberales, y los
liberales conservadores.
Lo que creímos ser ya no es lo que somos.
Durante este Tránsito, nuestro estilo personal y
nuestra manera de encarar la vida tienden a reflejar y encarnar cualquier de
los principios que simboliza Plutón.
Hay quienes en estos momentos "viven" su
Plutón actuando como agentes de perturbación en las vidas de otras personas o
en la sociedad en general, y los cambios que hacemos en nuestra vida obligarán a
cambiar a quienes nos rodean.
O si no, podemos emplear
la energía regeneradora uniéndonos a causas o grupos que promueven la
transformación social o enfrentándonos a las más sombrías corrientes
subterráneas ocultas en el psiquismo, tanto individual como colectivo.
Las facetas ocultas de nuestra personalidad emergen
a la luz durante este Tránsito, y tenemos que enfrentar aspectos de nuestra
naturaleza que todavía no hemos reconocido del todo. Los contenidos
inconscientes irrumpen en la conciencia: la erupción de impulsos de cólera, de
sexualidad o de poder antes no reconocidos pone a prueba nuestra imagen de
nosotros mismos.
Quizá nunca hayamos pensado que éramos
manipuladores o controladores, pero ahora si que vemos esa faceta de nuestra
naturaleza. Puede ser que no hayamos tenido conciencia de nuestra capacidad de
enojarnos, de sentir celos y envidia y tener comportamientos
destructivos, pero ahora todo eso está ahí, desatado y fuera de control.
Como un arado al que se guia a través del campo
para nivelar y remover el suelo, Plutón en Tránsito sobre el Ascendente saca a
la luz nuestras profundidades ocultas, lo que hay en nosotros ha sido
"clandestino", y desintegra los complejos y las pautas de
comportamiento rígidas de épocas anteriores.
Es un tiempo de descubrimiento, de limpieza y
renovación, un periodo fértil para cualquier forma de autoexploración y de
evolución personal. El inconsciente no es sólo un almacén de complejos
infantiles reprimidos.
Cuando Plutón rastrea los contenidos subterráneos
de la psique y los lleva a la conciencia, nos da también la oportunidad de
descubrir y recuperar fuerzas latentes intocadas, pero que ahora aparecen,
listos para evolucionar.
Si nos hemos identificado de forma predominante
como seres débiles e ineptos, este Tránsito puede revelar una fuerza
oculta y resortes de poder hasta ahora ignorados, y recompensarnos con un
sentimiento totalmente nuevo de lo que somos capaces de alcanzar.
Durante este Tránsito muchas personas descubren, a
veces por primera vez, su capacidad de hacerse cargo de su propia vida y la
sensación de ser una fuerza creativa, capaz de dar forma a su propio destino.
Significa pues, una época de renacimiento, pero como no hay nacimiento sin
dolor, a este Tránsito no le faltan dificultades.