LA CHICA
“SAGITARIO”
No siempre te
dirá las cosas que a ti te gusta oír. La mayoría de las veces, hará que se te
pongan los pelos de punta porque de ningún modo se muerde la lengua, pero de
vez en cuando te dirá algo tan especial y esplendido que te darán ganas de
ponerte a cantar.
Tal vez
necesites un ejemplo. Escenarios: una cafetería. Tú acabas de reunir el valor
necesario para decirle que la amas, pero antes de que hayas podido abrir la
boca, te mira con sus enormes e inocentes ojos azules -o castaños, luminosos y
directos- y te pregunta con curiosidad: “Dime, ¿cómo te sientes siendo tan
bajo? ¿No te pone neurótico ni nada de eso?”. Mientras tú tragas saliva, en un
viril intento de rehacerte, ella agrega: “Pero no te preocupes, que ha habido
muchos hombres bajos, como Napoleón y Fiorello LaGuardia”.
Eso es casi
agregar el insulto a la ofensa, pero antes de que hayas tenido tiempo de
marcharte, pensando que no ha existido otra mujer que se mereciera más que la
dejen plantada, ella susurra con voz dulce: “A mí me enferman los hombres que
parecen postes de telégrafo. Tú eres perfecto. Esta noche, cuando veníamos
caminando hacia aquí, me fije que tenemos la altura justa para andar juntos”.
Vuelve a
sentarte, que te quedarás, y por mucho tiempo. Una muchacha Sagitario, amistosa
y franca, acaba de adueñarse de tu corazón con su propio y peculiar encanto.
Será siempre un poco demasiado franca, porque ve el mundo exactamente como es,
por más que use esas ridículas gafas de cristales rosados. Tendrás que admitir
que para ser capaz de eso hace falta talento. Cualquiera no es capaz de aplicar
una lógica razonable y clara a todas las situaciones, ni mantener la bendita
facultad de creer que las cosas irán mejor o, en todo caso, de aceptarlas tal
como son.
Las mujeres
Sagitario son la encarnación del optimismo. Te dolerá cuando ella te diga que
le gustaría que ganaras algo más de dinero, pero después agregará: “Claro que
demasiado dinero vuelve egoísta a la gente. Tal vez sea una suerte que seas
pobre”. Admito que es una especie de optimismo forzado, pero ya te
acostumbrarás. Una mujer Sagitario jamás te mentirá, aunque a veces desearás
que lo haga. Si se te ocurre preguntarle como pasa las noches que no está
contigo, te dará un informe perfectamente detallado y sincero de todas las
cartas que le escribe a ese apuesto médico que conoció el verano pasado durante
las vacaciones, y de las invitaciones telefónicas que rechaza. Hasta es posible
que te cuente los problemas de insomnio que sufre cuando se queda despierta, a
la noche, pensando si tal vez lo que siente por ti no será amistad en vez de
amor. Te darán ganas de decirle a gritos que mienta un poco de vez en cuando.
¿Acaso no sabe que un hombre tiene su orgullo? Pero no grites demasiado, porque
podría ofenderse, y ella tampoco es exactamente incombustible. Ya es sabido que
Sagitario es capaz de cóleras memorables.
Es probable
que viva sola. Las de este signo son muchachas muy independientes, y ambos
sexos muestran una extraña indiferencia hacia los lazos familiares. Tal vez se
debe a que al viajar tanto no están en casa con la frecuencia suficiente para
llegar a conocer bien a la familia. Incluso si sólo van al cine y a casa de sus
amigas, siempre están en movimiento. No quisiera asustarte, pero una vez conocí
a una mujer Sagitario tan poco sensible a los matices de las relaciones
familiares que invitó a un novio rechazado a que la acompañara en la luna de
miel con su nuevo marido. El pobre parecía tan solitario, y además decía que él
se pagaría sus gastos. ¿Por qué la miras de esa manera? ¿Acaso hizo algo malo?
Hay una cosa
que tienes que aprender sin pérdida de tiempo, si quieres que tus relaciones
marchen bien. Cuando quieras que ella haga algo, pídeselo, no se lo ordenes. En
lo que a Sagitario se refiere, la técnica del hombre de las cavernas funcionaba
bien para Tarzan y Jane. A ella le gusta que la protejan, pero no quiere que le
den órdenes. Ni siquiera su madre lo consigue, y ¿qué podría hacerte a ti mas
privilegiado que a su madre? Es posible que la madre sea Aries, y si una mujer
marciana no puede imponerse a ella, no habrá hombre en el mundo capaz de
conseguirlo. Sin embargo, su naturaleza es curiosamente retorcida; aunque le
disguste que alguien se lo imponga, sobre todo en público, cuando quiera poner
a prueba tu firmeza, muéstrate firme. Las mujeres jupiterianas no toleran a los
hombres débiles e indecisos. Si se pone de ánimo demasiado vivo, y su punzante
lengua llega a ser demasiado sarcástica, o si amenaza con una actitud
cualquiera que realmente te exaspera, dale un toquecito del tratamiento de
Tarzan, apenas lo necesario para mantenerla a raya. Algo del tipo de “Haces eso
y te rompo el cuello”. Es posible que, si se convence de que la cosa va en
serio, reaccione con una humildad sorprendente. Una mujer Sagitario no tiene la
menor intención de renunciar a su individualidad por un hombre, pero le gusta
saber que la consideras una mujer.
Es posible
que te confunda, pero eso no es nada comparado con lo que ella misma se
confunde. Son muchas las mujeres Sagitario que confunden amistad con amor y
amor con amistad. Si tú eres uno de esos hombres chapados a la antigua, que
gustan de la timidez y las evasivas en las mujeres, es mejor que te busques
otra compañera de juego. Esta señorita es franca y directa con los hombres, y
no estará dispuesta a entrar en el tonto juego de “¡Imagínate como me siento!”
o “¡Imagínate lo que pienso!”. Lo que ella siente y lo que piensa no difiere lo
mas mínimo de lo que hace y lo que dice. Su deslenguada franqueza provoca,
naturalmente, malas interpretaciones, su buena cantidad de duras batallas, y ni
hablemos de sentimientos heridos, pero no aplasta el espíritu de Sagitario. El
orgullo de Júpiter aflora a la superficie para rescatarla en una crisis y le
permite superar el dolor de su corazón destrozado como si fuera una broma. Por
dentro, es posible que esté llorando, pero pondrá tanto ingenio para responder
a las preguntas de los amigos sobre la ruptura que todos terminarán por decidir
que para ella eso no había sido más que un flirteo sin consecuencias. Pocos se
imaginarán como empapa la almohada noche tras noche, mientras se pregunta que
pudo haber sido lo que ella dijo para estropearlo todo. Tal vez fuera esa vez
que cuando él llamó cerca de medianoche desde el vestíbulo, le dijo que no subiera
hasta su apartamento, porque estaba “hablando con un hombre que tenia muchos
problemas”. En realidad, el hombre era su cuñado, pero ella, con la peculiar
habilidad de Sagitario para omitir lo más importante del relato, se olvidó de
decírselo. Además, ¿por qué tenia que dar explicaciones? (Todos los Sagitario
se muestran virtuosamente enfurecidos cuando se pone en tela de juicio su
integridad.) O podría haber sido cuando él le pregunto si no tenia
inconveniente en que su hermanita pequeña les acompañara al cine y ella le
salió diciendo: “Vaya, espero que eso no signifique que cuando nos casemos la
tendremos todo el tiempo encima”. Es muy posible que la niña le hubiera gustado
mucho, pero el natural temor de Sagitario a verse abrumado por los parientes políticos
la llevó a dar esa respuesta tan desconsiderada. Ahora echa tanto de menos a la
hermana como al hermano, pero es demasiado tarde para explicar lo que quiso
decir, y además, nadie lo entendería.
Para ella,
este tipo de callejones sin salida resultan insondables, pese a toda la lógica
de sus procesos mentales, y con frecuencia llevan a las jóvenes de Júpiter a un
romántico país de nunca jamás, en el que no saben donde puede encenderse
inesperadamente el fuego, ni por que, además de que tienen miedo de quemarse
cuando se encienda. Por eso Sagitario se muestra demasiado fría y tranquila,
incapaz de tomar en serio a nadie, y a si misma menos que a nadie. Al flirtear
abiertamente, y sin la menor intención de que la cosa se convierta en algo
eterno o duradero, se ganan la reputación de mujeres frías y sin corazón. Un
signo de fuego jamás es frío y sin corazón, pero claro está, por ahí andan un
montón de hombres que no saben nada de astrología y que lo ignoran. Si
semejante estado de cosas es causa finalmente de que se quede soltera,
Sagitario no será sin duda alguna una solterona seca y amargada. Seguirá
jugueteando y divirtiéndose con la vida; tendrá una docena de intereses que
pueden llenar el lugar del hombre, y con cada uno de ellos disfrutará muchísimo.
Claro que a
ti no te interesan las solteronas Sagitario; lo que piensas es hacer tu esposa
de una muchacha de este signo. (Por lo menos, yo espero que tus intenciones
sean honorables, porque esta pobre chica ya tiene bastantes problemas sin que
tú te propongas seducirla.) Dejemos de ocuparnos de la promiscuidad, para
pensar en el matrimonio. Como los Sagitarios varones, las Arqueras se espantan
un poco ante el connubio, de modo que para que se deje ensartar (es decir, para
que acepte tu propuesta de matrimonio) tendrás que valerte como cebo de algunas
tretas coloridas e ingeniosas. En sus relaciones con los hombres, Sagitario es
vivaz y anticonvencional; como se considera tu igual, es posible que, además de
ponerse tu suéter, copie tu manera de ser. Si, como a muchas mujeres de su
signo, le gustan los deportes y la vida al aire libre, es posible que te cueste
un poco distinguirla de los muchachos. No es que sea lo mismo; para empezar,
cuando lo usa ella, tu suéter parece otra cosa. No se trata de que las mujeres
jupiterianas sean agresivamente masculinas por naturaleza; pueden ser lo mas
dulce y femenino que hayas tenido en tus brazos. Simplemente, es que tiene
tantos compañeros varones que te acostumbrarás a verla en una multitud, por
todas partes, salvo en el baño turco y en el gimnasio. Como es tan
absolutamente sincera y franca, muy probablemente le tendrá sin cuidado su
reputación y desdeñará las hipocresías que impone la sociedad. Si le preguntas
algo al respecto, te contestará sin ambages; es posible que te diga que volver
a casa a medianoche no es inicio de promiscuidad más convincente de lo que
puede serlo como signo de inocencia el volver a horas más convencionales. Ella
sabe que su moral es irreprochable, y es lo único que importa. Naturalmente, se
equivoca de medio a medio: lo que piensen los demás es muy importante para la
reputación de una mujer. Pero intenta comprender su actitud, y no pienses que
es veleidosa porque se ríe de algunos chistes, por lo general sin haberlos
entendido ni remotamente (las sutilezas del doble sentido suelen escapársele a
Sagitario). De modo que si se queda toda la noche levantada para ver salir el
Sol desde lo alto de algún monumento (o de algún silo, si es que vivís en el
campo) eso no significa que sea la chica mas loca de la ciudad.
La verdad es
que en el fondo de su corazón es confiada como un niño. Ve las cosas de manera
tan ingenua que es vulnerable a los lobos, los estafadores e impostores
(aunque, cosa rara, esto sólo ocurre en las relaciones amorosas). Olvídate de
la astucia con que discute y de lo asombrosamente lógica que puede ser; todo
eso no tiene nada que ver con el corazón. No es la mente de Sagitario lo que
está en discusión, esa mente inteligente y rápida, capaz de hacer frente por sí
sola a cualquier tipo de emergencia; es el corazón lo indefenso, el que con
tanta frecuencia tropieza y se llena de magulladuras.
Hay otra
cosa: es un poquitin torpe. A veces, cuando una muchacha Sagitario se te
acerque por la calle con sus largos pasos de caballo pura sangre, pensarás que
es la mujer mas graciosa que hayas visto en tu vida... hasta que tropiece en
una irregularidad de la acera, se agarre torpemente al toldo del puesto de
frutas para no perder el equilibrio y desparrame dos cajones de naranjas. Es
posible que el dueño del puesto diga algunas cosas feas, pero no tardará en
encogerse de hombros, decirle que no se preocupe y regalarle un puñadito de
uvas. La disposición alegre de Sagitario es capaz de ablandar los más duros
corazones. Habrá veces en que esta muchacha te hará pensar en un perrito
juguetón y torpe que menea alegremente el rabo mientras camina por encima de
tus pies. Pero es que los cachorritos así encuentran siempre gente que les ama
y les da de comer. Claro que darle de comer a un perro sale un poco mas barato;
las chicas típicas de este signo suelen tener muy buen apetito. Les gusta comer
y beber, vestirse bien y, cuando viajan, viajar en primera. Sagitario es
dispendioso por naturaleza (salvo que la Luna este en Capricornio o tenga un
ascendente Virgo). El dinero por el dinero mismo no les interesa, y en la
mayoría de los casos cuesta bastante enseñarles el valor que tiene un dólar.
Antes de prestarle tu tarjeta de crédito, fíjate bien cual es su ascendente.
Es posible
que esa chica Sagitario con la que te has enredado esté en el mundo del
espectáculo, porque a muchas de ellas les fascinan las candilejas. En ese caso,
será mejor que te hagas a la idea de que lo primero será su carrera, mientras
no se canse. El sordo murmullo de los aplausos y la atracción de los bises
sonarán en sus oídos como un sonido más convincente que todas las frases
románticas que puedan ocurrírsete. Jamás la obligues a elegir entre agradarte a
ti y la emoción de agradar a montones de gente junta, con el esplendor de su personalidad.
Después de un tiempo se asqueará de la hipocresía y el relumbrón artificial que
la rodean en el mundo del espectáculo. Y volverá corriendo a casita, a hacer un
ensayo de vida doméstica con alguien real: tú. Alguien que crea que la
sinceridad es hermosa y el engaño feo: de nuevo tú. Dejar su profesión no
cortará para siempre sus alas: al nacer se las aseguraron a los talones.
Siempre rondará cerca de ella el microbio de los viajes, para producirle un
ataque de fiebre errabunda. Cuando puedas, sal de vacaciones con ella, y si no,
déjala que se vaya sola en el tiovivo, y confía en ella. A quien ama es a ti,
no a los payasos organilleros con quienes le gusta pasar el tiempo.
Es posible
que su actitud desaprensiva ante el amor y su reticencia frente al matrimonio
te hagan pensar que carece de sentimientos. Eso es totalmente erróneo: una
película triste le hará llorar a mares, y si lee poesía le verás los ojos
húmedos. Es probable que guarde todas las notas que alguna vez le escribiste,
los despojos de las flores que le compraste en aquella ocasión bajo la lluvia,
y las entradas del partido de hockey donde te conoció.
En cuanto a
sus dotes de ama de casa, ten valor y paciencia. A las chicas Sagitario les
aburre hasta la saciedad el castigo de sacudir el polvo y fregar los suelos.
Tan pronto como hace una cama, se les deshace. Vaya, y uno que pensaba que la
muy maldita duraría unos días, con el trabajo que le costó meter bien las
sábanas en los ángulos. Todo eso la enferma de muerte. Sin embargo, es probable
que cuando tenga su propio hogar se aguante su disgusto. Si tú tienes la
posibilidad de pagarla, preferirá que tengáis una doncella; si no, se ocupará
ella, tercamente, de que la casa brille. Su madre no podrá creerlo. ¿Esa
criatura descuidada, dando cera a la mesita del café? Imposible. Pero el
orgullo y la eterna lógica de Sagitario lo consiguen; para ser fiel a si misma,
tu Arquera necesita verse rodeada de belleza y pulcritud, y no tarda en
entender que si no limpia ella el linóleo, no hay quien lo haga. Si de niña se
vio obligada por las circunstancias a ayudar en muchos menesteres domésticos,
es posible que al principio se rebele, pero acabará comprendiendo que es mejor
quitar el polvo de los rincones con un mínimo de resentimiento.
¿Y en la cocina,
como andamos? Bueno, no es fácil decirlo. Tal vez sea mejor que los fines de
semana salgáis a comer fuera. Si durante la semana te prepara comidas
decorosas, no esperarás que también los sábados y los domingos marque la
tarjeta. Para la mayoría de las mujeres Sagitario (si no tienen ascendente
Tauro, Cáncer o Capricornio), la cocina no es exactamente un éxtasis, pero si
está empeñada en hacerte superar un bache depresivo, puede prepararte algún
postre fantástico. Sus propios estados de ánimo pueden ser un espanto, pero
esos episodios son raros, y generalmente tan breves que apenas si llegarás a
percibirlos. Cuando está realmente herida, su lengua puede ser amargamente
sarcástica, pero se olvida de lo que dijo casi antes de haber acabado de
decirlo, y no puede entender por que sigues insistiendo en ello. Sagitario no
es mujer para un hombre cavilador y melancólico; un clima sombrío y pesimista
puede enfermarla, real y físicamente.
Seguramente,
sus hijos la adorarán; será excelente compañera y se divertirá muchísimo
jugando con ellos. Una vez superado su primer miedo a la responsabilidad, se
las arreglará con los pañales y los baños diarios como la mas pulcra y
eficiente de las niñeras. Casi todo lo que hace lo hace bien, con gracia,
cuando finalmente se decide a aprenderlo. Lo mismo que los mayores, de pequeños
recibirán generosas dosis de su optimismo y de sus comentarios desconsiderados.
Si sobreviven a sus verdades desnudas, crecerán en la convicción de que jamás
ha habido una hermana mayor tan sensacional como ella, que les contará cuentos
divertidos y de final feliz, y cederá súbitamente al impulso de llevarles de
picnic a los bosques, en busca de los tres ositos (ella misma cree en cierto
modo que tal vez estén por allí escondidos). Los niños estarán bien vestidos,
sin que ella haga de eso una cuestión de honor, y serán de espíritu alegre. Si
aprenden de ella algunos recursos nada convencionales (digamos, a estampar las
cortinas extendiendo la tela cruda en el suelo para después caminar descalzos
sobre ella con las plantas de los pies untadas de pintura amarilla), por lo
menos no tendrás la casa llena de conformistas. Su sinceridad dejará huella en
el carácter de los niños. Si después de haber buscado bien debajo de todos los
abetos, no encuentran a los tres ositos, es probable que ella les diga que no
se preocupen... que era broma; pero primero los habrá buscado. El niño que
escribió al director del Sun de Nueva York para preguntarle si realmente
existía Santa Claus tenia que tener como signo a Sagitario, o por lo menos el
ascendente. Es probable que ella eduque a sus propios hijos con la respuesta,
franca pero realista: “Si, Virginia...”.
Las madres de
Júpiter tienen que controlar su tendencia a no dar demasiada importancia a la
disciplina, salvo cuando están cansadas o enojadas... que es el peor momento
para imponerla.
Cuando
invites a tus amigos, tendrás una anfitriona encantadora; nadie lo hace con
tanta gracia como una mujer Sagitario, ni siquiera sus hermanas Leo, que no son
nada torpes en su desempeño social. Su actitud, alegre y amistosamente abierta,
tiene un matiz que hace que la gente, sea el basurero o tu jefe, se sienta
auténticamente bienvenida. En la más tensa de las situaciones, Sagitario sabe
romper instantáneamente el hielo, aunque también puede conseguir que se enarquen
algunas cejas.
Mientras
dejes que se sienta dueña de su propia alma, y en modo alguno prisionera, tu
optimista compañera Sagitario te dará un triple dividendo: su lealtad, su
confianza y su afecto. Los tres son inseparables, porque cuando una Arquera da
su amor, da siempre su amistad al mismo tiempo.
Las mujeres
de Júpiter son idealistas incurables. Y te diré un secreto que tal vez la tuya
no te haya confiado nunca: se enamoró de ti hace muchos años, cuando era
pequeñita y pedía a la luna nueva que le enviara a alguien para compartir la
sinceridad de su corazón. Hubo montones de veces en que le pareció que te había
encontrado, pero se desilusionó. Pero cuando por fin llegaste, te reconoció al
instante, porque eras un apacible payaso con algunos sueños propios, que la
tomo de la mano y le mostró el camino que conduce a las estrellas.